Foto: Radio Camaguey/Wordpress
Por Gisela Soledad Bostiancic/Universidad de Palermo
La arena o escenario circular es un espacio escénico totalmente rodeado por el auditorio. Esta disposición ha sido puesta en práctica en diversas ocasiones durante el siglo XX, pero sus antecedentes históricos se encuentran en formas que actualmente no consideraríamos dramáticas, como los rituales, el circo o los espectáculos deportivos, y por este motivo tiene un uso limitado. El hecho que los espectadores rodeen el espacio escénico, generando así múltiples ángulos de visión sobre la escena, condicionan el tipo de escenografía y los desplazamientos que realizarán los actores, ya que en cualquier momento, alguno de ellos podría quedar anulado.
Algunos autores sostienen que el efecto de la ilusión teatral resulta más difícil en este tipo de escenario dado que, en la mayoría de los decorados, las entradas y salidas han de realizarse a plena vista del espectador. Al mismo tiempo, los escenarios circulares pueden llegar a crear un gran sentido de intimidad, que a menudo, no es posible en otros tipos de escenario y que muchas veces es asociado a otros tipos de espectáculos no considerados como dramáticos.
En este ensayo se realizará un análisis sobre este último tipo de escenario: “el escenario Circular”. Se abordarán temas en cuanto a su origen, su relación con los espectadores, en cuanto al intercambio que se produce entre la escena y la sala y, por último, la relación de éste, como la de los otros dos tipos de escenarios, con una política de jerarquización del público.
En relación a su origen
Remontándonos al origen ritual del teatro, en el cual un grupo de personas participa de una ceremonia, en una acción ritualizada, el círculo representa el lugar primordial y la escena no requiere un ángulo de visión o una distancia determinadas. El círculo (en el cual se inspira el teatro Griego) se construye y sitúa en la pendiente de una colina, más tarde se instaura por todas partes de manera que la participación no se limita sólo a la observación exterior del acontecimiento. Es entonces el ángulo y la red óptica que enlaza mirada y escena lo que constituye el vínculo entre el público y ésta.
Luego, en la Edad Media, este tipo de organización del espacio se lo utilizó en la representación de los misterios. El tipo de escenografía que se utilizaba aquí, que resurge con gran fuerza en el siglo XX, no sólo gracias a la diversidad de puntos de vista (del público) sino sobre todo para que los espectadores comulguen en la participación de un rito donde todos están implicados emocional y físicamente en la representación.
Más adelante en 1770, un suboficial inglés retirado de caballería, que dirigía una compañía de pruebas ecuestres, diseñó una pista circular rodeada de tribunas de madera, la instala al aire libre en un terreno baldío, a los jinetes suma equilibristas, acróbatas y clowns, que fingen ser aldeanos o campesinos torpes que tratan de imitar a los diestros jinetes en forma grotesca, de esta manera nace en Londres el primer “circo Moderno”, que se diferenciaba de los “circos Antiguos” por la organización del espacio escénico de manera circular. Pocos años después, un ex-artista de esa misma compañía, usa por primera vez el nombre “circo” para definir este tipo de espectáculo y le suma al diseño de la pista circular un espacio para presentar pantomimas, lo cual se asemeja aún más al uso que se le da actualmente a un escenario con estas características.
En relación al intercambio entre escena y sala
Como lo mencioné anteriormente, el escenario circular, por su distribución, es comúnmente utilizado, y casi exclusivamente, para dos tipos determinados de espectáculos: los espectáculos deportivos, como por ejemplo: un partido de fútbol, una pelea de box, etc., y los espectáculos circenses.
La disposición del público y de la zona de representación influye en la trasmisión y recepción del mensaje que se quiere dar en un espectáculo. No se pueden transmitir las mismas cosas y mucho menos, de la misma manera, en un escenario de proscenio que en uno de corbata o uno circular. Cada disposición escénica posee su propio modo de relación con el público, algunos desde el ilusionismo, otros desde la participación, la interrupción de la representación, el consumo, etc.
Según Patrice Pavis, en su libro: Diccionario del Teatro. Dramaturgia, Estética, Semiología, la escena y la sala mantienen relaciones psicológicas y sociales que reflejan el mensaje que se quiere transmitir en cada espectáculo. Éstas relaciones serían las siguientes:
1. La Identificación del público con la escena. La escena a la italiana exige que el espectador se identifique con la ficción proyectándose en ella. La escena reproduce entonces la estructura del público induciéndolo a entregarse en bloque en manos de los actores-ilusionistas.
2. La Distancia crítica. La escena Brechtiana hace más profunda la distancia entre la sala y la escena, ésta impide la identificación de la sala con la escena, provoca una distancia crítica y divide al público con respecto a la obra. Esta distancia crítica es fácilmente comparable con las opiniones contradictorias que genera en torno al Realismo.
Y por último, hace referencia a:
3. La Modificación de la relación ficción-realidad. El teatro, a veces, intenta modificar la relación entre zona de representación (llamémosle zona de ficción) y la sala (llamémosle zona de realidad). Busca superar el espacio desde donde se observa sin estar implicado, cambiando el marco escénico tradicional por otras distribuciones en el espacio, como puede ser la utilización de un escenario circular o espacios de representación alternativos. Incluso, a veces, algunos espectáculos desearían anular este espacio de la mirada para integrarlo en la ficción, de manera que destruya la barrera entre escena y sala. Sin embargo, esto resulta poco probable ya que el espectador intuye desde el comienzo la separación de estos dos espacios, el de realidad y el de ficción.
En relación a la jerarquización del público
Cada tipo de escena tiende a reproducir las estructuras de una sociedad dada, por ejemplo:
• En el teatro a la italiana, con su formato donde el público se ubica de frente a espacio escénico, dividido físicamente por la embocadura y el telón, y a su vez la platea, donde las ubicaciones que se encuentran más cerca del escenario son las de mayor valor, junto con los palcos, que en un comienzo sólo eran reservados para la nobleza o para los funcionarios públicos, responden claramente a una sociedad jerarquizada, donde las personas con mayor poder adquisitivo son las más beneficiadas.
• En el escenario de corbata, donde la platea no tiene tanta profundidad y la cantidad de ubicaciones en las primeras filas es mayor y al mismo tiempo rodea el escenario, dándole al público cierto grado de participación en el espectáculo, responde a un tipo de sociedad que pretende ser menos jerarquizada pero que igualmente sigue manteniendo ciertas estructuras.
• En el teatro circular, donde la platea rodea por completo al escenario y como lo mencioné anteriormente, al estar destinado a espectáculos tanto deportivos como circenses, responden a una sociedad que pretende ser aún más comunitaria e igualitaria en cuanto a la ubicación y participación del público en el espectáculo.
Sin embargo, esto no es necesariamente un determinante del sentido: “tipo de sala-tipo de sociedad”, aunque tampoco resulta casual.
Texto tomado de Facultad de Diseño y Comunicación
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